La voz

en mi oido escucho un susurro,
un susurro que no es sagrado,
mas bien es una voz agazapada y sacrilega.
Me dice que componga los poemas,
los poemas jamas leidos,
y jamas sentidos por el alma humana.
Somos verdad cuando gritamos,
somos certidumbre cuando sonreimos,
y reafirmamos nuestra existencia,
en el crisol profuso de la sensacion.
la vivencia clarifica nuestro interior,
desterrando las sombras de lo absurdo
y coronando de espinas la verdad.
El manantial del sabor nos limpia de impurezas;
Cuando tenemos sed buscamos al manantial,
y si bebemos desmedidamente y sin control
disfrutamos gota a gota,
saciando la sed y el itinerario del dolor.
Trasbocar es molesto e incomodo,
pero que libres nos sentimos cuando trasbocamos?

una vez un insignificante tirano,
anclado en su trono de mentiras,
prohibio por decreto el derecho de soñar,
pero para gracia y holgura de TODOS,
los sistemas de vigilancia y custodia que dispuso,
no eran lo suficientemente efectivos
lo que permitio el sueño de algunos disidentes.
la horca fue el tormento de quienes hablaron,
el mal enfundo la espada con toda su arrogancia,
y los jinetes relincharon al ser montados.
y yo, henchido de honda consternacion
burle la muerte, esquive el flagelo,
y hoy canto mis poemas al son de mi pasion.
el silencio fue mi abrigo en los gelidos hostales
y silencie, no por fachenda cobardia,
silencie porque entonces en mi verbo no fluia
la prudencia convenida.

en el presente estoy,
y creo que en el estare siempre,
creando un pasado digno de contar,
y soñando un futuro digno de soñar.
Somos arena que colma el desierto,
somos gotas de agua que llenamos el mar,
somos de nada y somos de todo...

Mahatma Hiler