martes, 7 de julio de 2009

La mujer que deseo


observando fijamente la noche junto con el resplandor de sus estrellas me siento atrapado en tu mirada porque así son tus ojos, y los míos quedan hechizados con la figura de tus labios tan suaves, delicados, tan húmedos y dulces, es casi imposible controlar el impulso de besarlos bajo la luna y la noche de nunca jamás terminar.
Tomando tu cintura con mis manos me considero tan solo tuyo, incontrolable serán las ganas y desgarradora la pasión de querer desearte como la verdadera mujer que eres.

No hay comentarios:

EL NADAISMO Y SU IRREVERENCIA

En ese viaje; ondeando la nada, rompiendo esquemas, derribando ídolos, navegando por el filo de la vida, así el abismo los atropelle. Pe...